CARACAS – Rezar en el camerino, santiguarse al entrar a la cancha o remitirse al cielo cuando marcan un gol. En muchos jugadores del fútbol la fe en Dios es fuerte. En algunos vestuarios de los equipos, los futbolistas le prenden velas a la Virgen en un rincón que ya se ha hecho una especie de santuario. Los futbolistas rezan mucho, valoran la oración y le piden la protección e iluminación necesaria a Dios y sus seres queridos ya no presentes físicamente. Tal es el caso del conjunto brasileño Chapecoense, que en la jornada de ayer volvió a disputar un compromiso en la palestra internacional.
Reinaldo (33’) anotó el primer gol del equipo que representa a la región de Santa Catarina en su debut en la Copa Libertadores, Luiz Antonio (69’) amplió la cuenta y el renovado equipo brasileño venció 2-1 a domicilio Zuliano este martes, en su reaparición en competiciones internacionales tras el accidente aéreo que hizo llorar al mundo a finales del 2016. El capitán del equipo petrolero, Juan Arango, descontó con un iluminado cabezazo en el minuto 78, pero no le bastó al conjunto que dirige Daniel Farías para lograr un agónico empate.
La victoria ante el Zulia por la Copa Libertadores es el símbolo del renacer del Chapecoense, el punto desde donde volver a construir, desde de 99 días de la tragedia, ese sueño de estar en el trono de América. El primer triunfo fuera de sus fronteras y nada más y nada menos que en la prestigiosa Libertadores, el sueño de cualquier club de la zona Conmebol. Recordemos que, la oportunidad de participar en la presente Copa Libertadores la obtuvo gracias al sublime gesto de Nacional de Medellín que motivo para que se le otorgara el Título de Campeón en la pasada edición de la Copa Sudamericana, enalteciendo su gentilicio, nobleza y Fair Play. El duelo disputado en el José Encarnación Pachencho Romero de la ciudad de Maracaibo fue la oportunidad perfecta para volver a sonreir y esta vez llorar pero de alegría, sobretodo para los sobrevivientes Neto y Ruschel (dos de los seis sobrevivientes de la tragedia). Ahora el Chapecoense puede volver a soñar en grande.
