Cuando el Centenario se tiño de Vinotinto

CARACAS – El italiano Miguel Ángel fue el encargado de pintar la famosa Capilla Sixtina. Hay otro personaje, el Director Técnico venezolano Doctor Richard Páez Monzón, que se encargó de pintar de Vinotinto otra capilla famosa: el estadio Centenario de Montevideo. Este nicho sacro es histórico y famoso por haber albergado la primera final de un mundial de fútbol.

Los fanáticos de nuestra selección nacional tienen una fecha marcada en el calendario: el 31 de marzo de 2004. En esa noche mágica, la vinotinto dirigida por su mentor el Prof. Richard Páez fue capaz de vencer por 0-3 a una selección élite como Uruguay. No es algo de lo que muchos puedan jactarse, sobre todo cuando el triunfo no es fruto de una acción fortuita, sino el resultado de una gran actuación. Ese juego era válido por las eliminatorias para el mundial Alemania 2006.

Los “lanceros” de Páez llegaban a este juego con un bagaje de 2 triunfos (0-1 en Barranquilla ante Colombia y 2-1 en Maracaibo ante Bolivia) y 2 derrotas (2-0 en Quito ante Ecuador y 0-3 en el Olímpico  vs Argentina).

Previo al cotejo, la prensa, los fanáticos y hasta el equipo uruguayo esperaba una contundente goleada hacia Venezuela como lo hicieron en días anteriores ante Bolivia cuando los vencieron 5-0, tanto así que la prensa uruguaya previo al partido ante Venezuela llegó a publicar en primera plana titulares como “La historia empuja a los celestes ¡A MUERTE!”, “¡Salud, celestes!”, “Venezuela: no existís”, “La hinchada espera una goleada”, entre otros.

 

 

Pero lo que no se esperaban era que ese día la Vinotinto se quitaría la etiqueta de Cenicienta, graduándose de «Vinotinto» al derrotar con un categórico 0-3 a La Celeste Uruguay.

Los goles del combinado nacional llegaron gracias a las pinceladas del volante Gabriel Urdaneta (18’),  quien conectó violento remate de izquierda desde fuera del área, de Héctor  González (65’), en un fulminante contragolpe cuando diez futbolistas celestes estaban en campo venezolano, y la sentencia lapidaria 0-3 con la firma de Juan Arango (80’).

El público que había llenado los graderíos del estadio Centenario comenzó a burlarse de los suyos con el tradicional: “¡Olé! ¡Olé!” con cada pase concretado por la vinotinto, y no era para menos con un sector medular confeccionado con tres surdas magistrales, las de Ricardo Páez, Gabriel Urdaneta y Juan Arango rompieron con el esquema adversario de cualquier rival y el Míster Páez presentaba su paradigma futbolístico con una innovación táctica indescifrable e irreverente.

Esa historia de color vinotinto fue dibujada por los siguientes héroes: Gilberto Angelucci; José Vallenilla Pacheco, José Manuel Rey, Alejandro Cichero, Joney Hernández, Leopoldo Jiménez, Luis «El Pájaro» Vera, Ricardo Páez; Juan Arango; Gabriel Urdaneta y Alexander Rondón que partieron en el 11 títular. Poteriormente ingresaron: Jorge «El Surdo» Rojas, Andreé González y Héctor González que ayudaron a complementar una obra maestra que desdibujó a la celeste para teñir de vinotinto el emblemático e histórico Centenario de Monteviedo.

 

 

Años después, en la página de Fifa.com, al referise a ese juego, Juan Ramón Carrasco dice lo siguiente: “Esa noche ante Venezuela representó la primera vez en mi vida que quise que un partido terminara cuanto antes. Esa noche fallamos a años y años de historia en ese estadio donde a nadie le era fácil ganar. Resultó una mancha histórica para el fútbol uruguayo”.

En Uruguay, la caída le costó el puesto al uruguayo Carrasco, quien se alejó y fue reemplazado por Jorge Fossati. El estratega rearmó la base del equipo y terminó la competencia en el quinto puesto, aunque no pudo con Australia en la repesca y terminó viendo Alemania 2006 por televisión.

Por su parte Richard Páez, al recordar ese encuentro nos dice: Ellos, los uruguayos, salieron a asfixiarnos, pero en el fondo nos habían subestimado y el que en Sudamérica nos enfrente así, bajo ese esquema, se equivocará y le daremos la misma lección que ya los uruguayos sufrieron en Montevideo ante su público”.

 

 

Páez complementa su comentario con la metamorfosis que sufrió la selección en su ciclo: “Me corresponde expresar mis sensaciones de la transformación que se le dio a la Era de la Cenicienta para la Era de la Vinotinto eterna. Donde los verdaderos protagonistas fueron esos jugadores que no sólo creyeron en el discurso técnico táctico sino que lo hicieron en la cancha. Ese fue el gran legado de nuestra responsabilidad como director técnico de la Selección los reté como técnico a asumir un papel de protagonistas  verdaderos pero ofreciendo fútbol asociado y colectivo para enfrentar a cualquier rival. Y ellos simplemente lo hicieron en forma consistente durante mi etapa de 7 años en la Vinotinto. Y a partir de ahí, los jugadores de la Selección dieron un salto exponencial en su calidad y personalidad para jugar con la camiseta Vinotinto”.

Lo que es cierto es que desde ese día la Vinotinto pasó de ser Cenicienta a piedra en el zapato de todas las selecciones suramericanas.

FICHA TÉCNICA

Uruguay 0-3 Venezuela

Goles: Gabriel Urdaneta (19′), Héctor González (67′) y Juan Arango (77′) -VEN-.

Uruguay: Gustavo Munúa; Diego López, Gonzalo Sorondo, Darío Rodríguez; Martín Ligüera, Marcelo Sosa, Richard Núñez, Germán Hornos (Wálter Pandiani); Álvaro Recoba, Javier Chevantón (Fernando Correa), Diego Forlán (Carlos Bueno). DT: Juan Ramón Carrasco

Venezuela: Gilberto Angelucci; José Vallenilla, José Manuel Rey, Alejandro Cichero, Joney Hernández, Leopoldo Jiménez, Luis Vera, Ricardo Páez (Jorge Rojas); Juan Arango (Andreé González); Gabriel Urdaneta (Héctor González) y Alexander Rondón. DT: Richard Páez

Juego disputado el 31 de marzo de 2004 en el Estadio Centenario de Montevideo (Uruguay) ante 40.000 espectadores

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