
CARACAS – En el marco de la visita del “Campamento de Fútbol 318 Performance” en el Centro Italiano Venezolano de Caracas, queremos compartir con ustedes las historias de leyendas de nuestro balompié que han dejado una huella imborrable en los clubes que fueron sede en esta temporada. En esta oportunidad les hablaremos de Filippo Fabiani, portero que dio sus primeros pasos en la Casa D’Italia de Maracaibo.
“La pelota que vuela en el cielo, el portero que se estira para mantenerla fuera de su portería”, esta fue la vida de Fabiani, nacido en Maracaibo el 25 de noviembre de 1968, hijo de inmigrantes italianos originarios de la ciudad de Ascoli Piceno y que se enamoró del fútbol desde niño. Quería ser delantero, pero fue en el arco donde encontró su verdadera vocación.
Fabiani, creció como deportista en la Casa D’Italia de Maracaibo y el Colegio Maristas, rápidamente se ganó un puesto en la selección del Zulia, brillando en los Juegos Nacionales de Maracay de 1987, donde detuvo un penal decisivo ante Aragua. Sus reflejos lo llevaron a defender el arco de la Vinotinto Sub 20, disputando el Sudamericano en Argentina ’88, enfrentando a Diego Simeone. Memorable su actuación ante la albiceleste, perdiendo solo 1-0.
Luego de su experiencia con las juveniles, fue fue fichado por el Zamora y debutó en la Primera División venezolana en 1988, conquistando un cuarto puesto detrás de Marítimo, Táchira y Caracas. Luego pasó al Estudiantes de Mérida, llegando hasta la final de la Copa Venezuela y estuvo cerca de ser convocado para la Copa América ’89 como 3er portero detrás de César “Guacharaca” Baena y Daniel Nicolak.
El destino lo puso a prueba al cancerbero italo-venezolano: en 1990, defendiendo los colores del Maracaibo, un durísimo choque le causó la fractura de tibia y peroné. Luego de 2 operaciones volvió, pero su carrera no fue igual.
En el palmarés de Filippo Fabiani tenemos 2 medallas de oro en los Juegos FEDECIV, ganadas con orgullo y sacrificio. Hoy, Fabiani trasmite sus conocimientos como preparador de porteros, enseñando a los jóvenes talentos. “El fútbol no solo es un deporte, es mi vida que corre por mis venas”
Un portero que con sus estiradas escribió páginas imborrables en nuestro fútbol y sigue viviendo su pasión en su amada Maracaibo.
(Fioravante De Simone)




