El Triunfo de las Chamitas de la Sub-17

(Contra viento, marea y machismo)

Sub17FemCampeonas

El asunto se remonta, no sería muy equivocado imaginarlo, a los tiempos de Adán y Eva. Desde entonces, el hombre siempre ha querido dejar sentada, mediante razones a cual más de peregrinas, su supremacía sobre la mujer.  Ha costado mucho esfuerzo civilizatorio llegar a la conclusión, hoy argumento esgrimido en materia de derechos humanos, de que el hombre y la mujer son iguales. Se ha progresado, cierto, pero todavía falta.  Por ejemplo en el deporte.

Ya lo dijo el Barón Pierre de Coubertain.

En efecto, el deporte es un espacio que aún se gobierna desde la hegemonía masculina. No obstante evidentes progresos, la mujer sigue topándose con obstáculos de diversa índole, no solo en su rol de jugadora, sino también como arbitra, periodista, entrenadora, narradora, directiva o lo que sea, inclusive como hincha. Las desventajas de la mujer continúan siendo piedra de la dura. El machismo ha encontrado allí uno de sus recintos más reacios a la igualdad, no en balde el medio deportivo fue definido alguna vez como “un espacio para la construcción de la virilidad.”

En este sentido es bueno recordar que el Barón de Coubertain, propulsor de los juegos olímpicos modernos, declaro en 1908 que la “idea de una olimpiada femenina seria incorrecta, impracticable y poco estética”. De aquella frase nos vienen, pues, estos lodos discriminatorios que todavía no logramos disolver.

Atletas ¿de segunda ?

Ciertamente, en los últimos años se ha registrado, como dije, un cambio significativo, el cual ha permitido ver a las mujeres actuando distintas disciplinas, en unas más, en otras menos, si bien subsiste en todas, en diferente grado, el trato desigual con respecto a sus colegas varones, siendo consideradas, en muchos sentidos, como atletas de segunda, acreedoras de un reconocimiento social mucho menor.

En la lista, aún vigente,  de  prejuicios y tonterías – y perdónese la redundancia – el balompié ha sido considerado un deporte de hombres, que no termina de calzar con el arquetipo de la feminidad. Por fortuna, en las últimas décadas  las cosas han ido evolucionando y una muestra  significativa de ello es que la FIFA, aposento de varones sectarios, aceptó  organizar en 1991, la primera Copa Mundial de Fútbol Femenino, evento que se celebra desde entonces, cada vez con más éxito, aunque todavía aún muy lejos del fulgor característico de su similar masculino.  Se llevan a cabo, así mismo, competencias nacionales e internacionales de diferente nivel, impensables en otros tiempos, no demasiado lejanos. Vale la pena mencionar, así mismo, que el nuevo Presidente de la FIFA prometió darle a la mujer mayores cuotas de responsabilidad en el gobierno mundial del futbol, pareciendo entender, cree uno, que la  presencia equitativa de la mujer es uno de los temas más relevantes que tiene la agenda de transformación del futbol para este siglo.

El balompié femenino en Venezuela

En lo que se refiere al ámbito venezolano, las mujeres llevan un poco más de tres décadas de brega para conseguir su inclusión en el balompié, sorteando infinidad de estorbos puestos a lo largo de la ruta. Y ha habido avances, desde luego. Las damas se han ido haciendo presentes en la cancha, aunque sin llegar a tener el apoyo requerido, ni la visibilidad que hace rato se merecen. Y, dicho sea de paso, ya no es tan raro verlas en los periódicos o en las pantallas, a pesar de que su rol es casi siempre claramente secundario, nunca ajeno a la intención del toque  decorativo.

Sin embargo, sin hacer mucho ruido, el futbol femenino nacional ha ido alzando su nivel y ya cuenta en su haber con logros internacionales que, por cierto, superan a los del balompié masculino que, ¿habrá que decirlo?, tiene mucho más respaldo en todos los aspectos y un reconocimiento infinitamente mayor.

Ejemplo de ello es nuestra selección sub 17, que acaba de triunfar (y vaya como ¡¡¡) en el campeonato sudamericano, obteniendo el pase el Mundial que se celebrara dentro de poco en Jordania.  En sus alforjas ya acumula cuatro clasificaciones al mundial, dos campeonatos de Conmebol, una medalla de plata en los Juegos Olímpicos Juveniles, una medalla de oro en los Centroamericanos y del Caribe y un cuarto lugar en un mundial. Cabe mencionar, por otra parte, que la Selección Femenina venezolana Sub-20 ganó el sub-campeonato suramericano Brasil 2015 y el derecho a participar en el mundial que se celebrará en Nueva Guinea este año. Pareciera, no se si exagero, que a nivel internacional el futbol venezolano se escribe en clave mujer.

El machismo existe : habla Zseremeta

Sin duda, la esplendorosa victoria de las chamitas se debe en buena medida a la inteligencia, los conocimientos y el empeño del panameño Kenneth Zseremeta, su Director Técnico, quien en declaraciones a la prensa  manifestó su descontento por la precario respaldo que recibe el fútbol femenino en nuestro país.   Textualmente declaro que “ … goza del desprecio, del desinterés y de la falta de apoyo”.  Y añadió :  “Ellas existen desde hace 8 años, si no se han dado cuenta dense cuenta, somos los que reivindicamos cuando el masculino no logra nada”, reclamó.

Un comentarista, de cuyo nombre es preferible no acordarse, afirmo, sin que se le moviera un sólo músculo de la cara, que era  “…un desperdicio tenerlo (a Zseremeta) en el futbol de las muchachas, que tenía cualidades de sobra para dirigir la vinotinto masculina”.

En fin, ya se sabe, el machismo en un muerto que goza de  (más o menos) buena salud

Ignacio Avalos Gutierrez
iavalosg@gmail.com